Luz Masonica

Nuestro Trabajo en el Arte de la Masonería

El Muy Ills.^..^.. Hno.^.. Luis Goaziou 33^o

¿Es el objetivo de la Masonería Universal ayudar a todos los Masones en su búsqueda de más Luz, con el propósito de avanzar a toda la raza humana?

Se me ha pedido, en numerosas ocasiones, que enumere las actividades en las cuales nuestras Logias y la Federación pueden participar. La mejor manera de responder sería, sin duda, indicando primero lo que no deben hacer y luego indicando cuál es el verdadero trabajo que se encuentra delante de nosotros.

Ni nuestras Logias ni nuestra Federación pueden participar en credos dogmáticos o en políticas partidistas. Cada miembro individual es libre de decidir por sí mismo sobre estos temas. Una organización que se impone a sus miembros en cuestiones de credo o política deja de ser masónica.

El único propósito de nuestras Logias y Federación debe ser asistir a los miembros en su búsqueda de más Luz en todos los asuntos Masónicos, en todos los asuntos concernientes al bienestar y avance de la raza humana. Cada miembro individual debe decidir sus propias creencias y su propio curso de acción de la Luz que ha recibido.

La Logia es una escuela de procedimiento ordenado. Los miembros deben actuar en el mundo profano, donde se pueda, de acuerdo con las lecciones aprendidas en la Logia. La Masonería es un modo de vida para ser aplicado en el mundo exterior, así como en la sala de la Logia.

Si los millones de hombres influyentes que se han convertido en miembros de Logias Masónicas en todo este país se hubieran convertido en verdaderos iniciados en lugar de simples miembros, y si hubieran practicado en sus vidas privadas, sociales y políticas las enseñanzas e ideales de la Masonería, no nos enfrentaríamos hoy a la triste y peligrosa situación que pone en peligro el progreso racional de nuestro País. No hay comparación entre el Masón promedio que hoy ocupa puestos gubernamentales y aquellos grandes Masones que hace poco más de cien años hicieron posible unos Estados Unidos libres. En la medida en que los miembros de la Orden de Co-Masonería aprendan lo que la Masonería realmente es, lo que un Mason debe ser, y traten de vivir de acuerdo con las sencillas enseñanzas de nuestros rituales, en esa misma medida nuestra Orden crecerá en valores y será un ejemplo y un estimulante de la Fraternidad Masculina. En esa medida también se acelerará el reconocimiento y la cooperación fraternos.

Cada individuo miembro de nuestra Federación debe aprovechar las oportunidades que se nos ofrecen como ciudadanos de los Estados Unidos y aplicar la Ética y los Ideales Masónicos en asuntos públicos y semipúblicos, así como en asuntos privados. Si todo iniciado hiciera un esfuerzo especial de practicar en todas sus actividades de la vida el orden práctico y sistemático de la Logia, así como las enseñanzas espirituales del ritual, los resultados serian de mucho valor no solamente para el individuo sino también para la comunidad como un todo.

En todas sus enseñanzas, la Masonería nos advierte contra las utopías. No nos enseña a construir en el cielo sino sobre la base sólida de las realidades prácticas.

La Masonería nos enseña a ser los maestros de nosotros mismos. Eso es algo que podemos y debemos hacer para triunfar. Estamos aquí para transformarnos de una Piedra bruta a una Piedra perfecta.

En nuestro entusiasmo, puede que queramos cambiar toda la Sociedad humana; hay tantas cosas que no son de nuestro agrado. Puede que no haya límites para nuestros sueños y aspiraciones idealistas, pero debemos recordar que nuestros medios de acción son muy limitados. Nuestra propia individualidad es el único dominio sobre el cual tenemos poder de mando y realización.

Antes de que comencemos a atacar defectos colectivos sobre los cuales solo podemos actuar indirectamente, necesitamos examinar nuestra propia consciencia. Dejemos al descubierto nuestra Piedra bruta individual y examinémosla cuidadosamente. Es en esta Piedra bruta que debemos trabajar si queremos progresar en el Arte Real. El Poder Real que se nos prometió es sobre nosotros mismos. Llegará el momento de querer dominar algo más grande cuando hayamos realizado el dominio completo sobre nosotros mismos. El mundo nos obedecerá cuando nosotros mismos hayamos aprendido a obedecer las reglas que se aplican a nuestra propia personalidad.

Ningún alma entra en la vida sin un propósito y un trabajo que hacer. Muchos nunca parecen aprender por qué están aquí, y simplemente atraviesan el escenario de la existencia porque se actúa sobre ellos como si fueran meros peones en el juego de la vida.

Las compañías de seguros nos dicen que más del sesenta por ciento de la gente deja de fumar. We are told by insurance companies that more than sixty percent of the people are quitters. Hombres y mujeres comenzarán un proyecto; se unirán a esta u otra organización, pero cuatro de diez no lograrán llevar a cabo lo que se habían propuesto hacer. Lo mejor en la vida es tener una visión de algo que te gustaría ser, o de un trabajo que te gustaría realizar, y luego usar todos tus poderes para ser el hombre o la mujer que viste en tu visión. O hacer a tu satisfacción lo que aspirabas lograr.

Muchos de nosotros aquí tenemos, en nuestro haber, años y años de trabajo pionero en la Orden Co-Masónica Internacional. Partimos contra prejuicios y obstáculos de todo tipo para hacer posible que las mujeres disfrutaran de las ventajas de la iniciación en la Fraternidad Masónica. Hoy, el sendero es más fácil que en el pasado, pero aún existen muchos obstáculos frente a nosotros que deben ser conquistados. Seamos todos con valentía los cuatro de cada diez que tengamos la calidad del sello. Seamos todos nosotros los que tengamos la Calidad para llegar hasta el final, y permanecer hasta haber cumplido la tarea que tenemos que hacer, puliendo diariamente nuestra Piedra bruta, mientras construimos a una escala cada vez mayor. Costruyendo una Orden que, en los próximos días, ampliará los privilegios que estamos disfrutando mientras que dedicamos nuestras vidas a la realización del más noble de todos los ideales, la Hermandad Universal del Hombre. Esa comprensión no llegará hasta que un número suficiente de hombres y mujeres hayan exteriorizado la Divinidad que existe en ellos.

En nuestro trabajo hacia esta meta, nuestros miembros necesitan tener cuidado con sus declaraciones públicas sobre la Masonería y la Co-Masonería. Necesitamos hablar en un lenguaje fácilmente comprensible y evitar declaraciones controversiales. Tenemos una gran cantidad de hechos y cifras indiscutibles para presentar al público y, por lo tanto, podemos darnos el lujo de evitar hacer declaraciones dudosas. No existe nada dogmático en lo que voy a decir. El privilegio que aprovecho para expresar mi humilde opinión es también suyo, y lo invito a usarlo.

Debemos diferenciar a la Masonería como un cuerpo organizado y a la Masonería como una expresión de verdades morales y espirituales.

En su forma organizada, la Masonería moderna tiene poco más de doscientos años. Como una expresión de verdades morales y espirituales, la Masonería data de tiempos inmemoriales y puede ser rastreada fácilmente incluso hasta los Misterios Antiguos. Aquellas organizaciones o escuelas de épocas pasadas que sirvieron, sin duda de manera diferente, a los propósitos de la Masonería actual. Por muy bien que los Misterios hayan servido las necesidades de su tiempo, no podríamos revivirlos, e incluso si pudiéramos, dudo que puedan tener algún propósito útil en estos tiempos. Los maestros de las civilizaciones antiguas empleaban un modo de hablar que es ininteligible hoy día. El Hombre Rojo de una civilización de no hace mucho, maravillosos rastros de los cuales aún no se han visto en este u otros estados del suroeste, tenían señales, símbolos, y escritura pictórica, todas comprensibles para su propio pueblo. Si intentamos hoy otorgarles algún significado, generalmente logramos darles un significado basado en nuestra propia concepción de las cosas: un significado nunca pretendido.

Los Misterios de las Civilizaciones Antiguas sirvieron propósitos más útiles. En su forma pura, representaban la concepción más elevada de los deberes morales del hombre de la que los antiguos eran capaces de concebir, y también representaban una teoría de resurrección después de la muerte muy similar a la nuestra. Sin embargo, muchas, sino todas, se degeneraron a su vez en cultos idólatras o incluso en libertinajes innombrables. Un ejemplo de la degeneración de las enseñanzas más sublimes de los iniciados antiguos se puede encontrar en todas partes entres los cristianos analfabetas e idólatras.

Lo que haya sido de los Misterios, sabemos que tenían un significado exotérico y otro esotérico. Este último, un significado interior velado, se enseñó solo a unos pocos: a aquellos capaces de comprenderlo. Los Misterios eran comunes a muchas razas.

Variaban en detalle, pero en esencia, ensenaban el mismo idioma. La Masonería Moderna sigue una línea similar, con significados exotéricos y esotéricos y variación de detalles en diferentes países, pero aun así, con las mismas enseñanzas fundamentales.

La posible línea de descendencia de las enseñanzas esotéricas ha sido los Druidas, los Artífices Dionisiacos, los Colegios Romanos de Arquitectos, los Masones Comacinos, y los miembros del Compagnonage Frances quienes llevaron las enseñanzas esotéricas de su organización a grupos selectos de Masones Operativos en Inglaterra. La Masonería Especulativa, organizada en 1717, fue el resultado.

La Leyenda del Arte, así como la Leyenda del Templo del Rey Salomón, tiene poca base histórica. Son alegorías que anteceden la formación de la primera Gran Logia.

Podemos entonces declarar, sin miedo a la contradicción exitosa, que la verdadera Luz de la Masonería, la enseñanza esotérica, se ha mantenido encendida a través de las edades en organizaciones de diversos nombres y formas. Declaramos que: mientras que la Francmasonería, en su forma organizada actual, solo tiene un par de siglos en su haber, las enseñanzas esotéricas de la Francmasonería han venido a nosotros de un pasado oscuro. No intentamos revivir ese pasado, sino que estamos intentando preservar en su pureza las enseñanzas que hemos recibido. Y, para hacerlo exitosamente, necesitamos una organización y un lenguaje adaptado a la era en la que vivimos. Con tal organización y lenguaje, estaremos de pie sobre una base sólida de realidad práctica y no deberemos temer al futuro.